jueves, 26 de julio de 2018

EL NADADOR, DE RAMÓN PALOMARES


Al leer el poema El Nadador de Ramón Palomares (El Reino, 1958), el referente Whitman se me hizo omnipresente. Me propongo mostrar algunas de las marcas intertextuales presentes en este poema.

El sujeto en cuestión —nadador— es mencionado al inicio del poema:
Seas bello, joven nadador,levantado sobre las aguas…
Whitman, en la sección 46 del Canto a mí mismo, también lo evoca:
Durante largo tiempo has braceado tímidamente, teniendopróxima una tabla, en el arroyo;ahora yo quiero que seas un nadador intrépido…
En ambos casos, el subjuntivo en segunda persona abre un diálogo expresando un deseo, como de maestro a discípulo. Belleza-atrevimiento son rasgos admirativos hacia el personaje; alzarse-zambullirse son las acciones que se espera ejecute el cuerpo del nadador en contacto con el agua.

Aquí radica la cercanía de ambos poetas, en su pretensión de ofrecer –al tú, nadador, y de paso, al lector-  un Reino: el de la vida asumida en libertad. La mención de los cuerpos gozosos; el sentido erótico de los textos, más marcado en Whitman, ciertamente; y la presencia de la naturaleza   —sol, agua y viento—, son algunos de los tópicos en los que se va desgranando el poema de Palomares, con amplios referentes al Canto a mí mismo de Whitman.
La belleza y juventud se afirma en Palomares hasta en cuatro ocasiones: 
Seas bello, joven nadador,
Un reino para ti,joven, bello nadador,
Seas el limpio, dulce paño de las noches,y aparezcas, joven, bello nadador,arriba del milagroso altar,
Digno amparado de la luz,joven, bello nadador…
En la sección 11 de Canto a mí mismo, una mujer contempla a la hermosura de veintiocho mocetones:
¡Ah! El más rústico de todos es hermoso para ella.¿Hacia dónde acudes, señora? Porque yo te veo;chapoteas con ellos en el agua, y, sin embargo, permaneces retraída en tu cuarto.
Comenta Smith Ferrer:
La mirada de la bella mujer no es tan inocente, la pregunta efectuada por el hablante sugiere que la mujer los contempla con atención, incluso el más rudo o tosco le parece bello. Al contemplarlos, la mujer se apodera de ellos, acercándose y chapoteando con los jóvenes en el agua a través de la mirada y la imaginación.La exploración erótica se da a través de la mirada, la mujer observa a los bañistas, como nosotros -los lectores- la observamos a ella contemplando a los bañistas, convirtiéndonos en cierta medida, en voyeuristas de la experiencia erótica de la mujer. Me parece que esta es una de las secciones más eróticamente bellas de Canto de mí mismo, puesto que se logra la experiencia sensual sin existir contacto físico real, sino que todo es evocación, imaginación, sugerencia. A partir de este enfoque, erotismo y poesía comulgan en un mismo sentido: sugieren e impulsan la imaginación a través de la insinuación.
Sin los rasgos eróticos tan expresos, en el poema de Palomares se admira —y compara con un pájaro en el aire— el cuerpo del nadador en la acción de lanzarse desde lo alto. El contacto de aire con el cuerpo se hace táctil mediante los verbos desafiar-penetrar-silbar:
Sólo un pájaro distintodescendiente del más alto ramo del cielosea igual a tu cuerpoen la maravilla del salto.Al desafío de los airespenetras sus dominiosy en la caída silbas tu cuerpo.
En la ya menciona sección 11 de Whitman, la admiración por el cuerpo se detalla en el contacto con el agua o el sol. Barbas empapadas, cabellos chorreantes, cuerpos mojados, espaldas y vientres asoleados.  La mano de una mujer, y su cuerpo combado, le agregan un mayor contenido erótico.
Las barbas de los mancebos relucen empapadas, y el agua chorrea por sus largos cabellos;hilillos de agua se deslizan por sus cuerpos.Una mano invisible se desliza también por encima de sus cuerpos,Y temblorosa desciende desde sus sienes y a lo largo de sus torsos.
Anota Smith Ferrer:
La mujer los observa sin ser vista por ellos, los contempla y los ama… se describen los cuerpos de los jóvenes, y se describe cómo el agua cae por sus cuerpos, sus barbas y cabellos, imagen bastante erótica y sensual …aquella mano invisible (la de la mujer) pasa por sus cuerpos, acariciando sus sienes y torsos …con su imaginación ingresa en el placer del tacto de los cuerpos de los bañistas, apoderándose de éstos y disfrutando del acto de contemplación… 
El detalle en las piernas y brazos del cuerpo del nadador aparece en Palomares:
…levantado sobre las aguas,ajustadas tus piernas y cada brazo al muslo.
En Whitman, si bien no se trata de un nadador en esta ocasión, es oportuno traer el poema de la sección 13 en el que se describe el cuerpo de un carretero. Piernas, cuello, pecho, mirada, frente, y el sol sobre los cabellos, mostachos y miembros perfectos:
El negro que conduce el carro a través del patio empedrado,se mantiene firme y erguido, y apoya una de sus piernas en el pescante;su camisa azul descubre el amplio cuello y el pecho, aflojándose sobre su faja;serena y altiva su mirada, echa hacia atrás el sombrero descubriendo la amplia frente;el sol cae sobre sus crespos cabellos y su mostacho cae sobre el negro de sus bruñidos y perfectos miembros.Contemplo al pintoresco gigante, y lo amo…
De modo que no deben extrañar las afirmaciones contundentes de las posteriores secciones 21 y 48:
Yo soy el poeta del Cuerpo;
Yo he dicho que el alma no es más que el cuerpo,y he dicho que el cuerpo no es más que el alma;y que nada, ni siquiera dios, es más grande para cualquieraque una partícula de sí mismo,
Los cabellos, ya citados en Whitman, en las secciones 11 y 13, son mencionados por Palomares, en modo contrastado. Mientras en Canto a mí mismo el agua y el sol impregnan los cabellos, apacible y sensualmente, en Palomares se relacionan con un viento irrespetuoso.
Ni tus cabellos sean irrespetados por el vientoni tus labios tiemblen.
Los temblorosos labios son citados aquí por Palomares, sin detallar la causa de tal temblor, pero asomando un contraste con la sección 45 de Canto a mí mismo, en la que los labios son asediados por amigos, procurando un goce benefactor:
Mis amigos me abruman,asedian mis labios, se agolpan en los poros de mi piel,besan mi cuerpo con sus besos balsámicos,silenciosamente me estrechan con manos cordiales y me las entregan para que las haga mías.
Dirá Smith Ferrer:
Estos amantes sofocan al hablante llenando sus labios, los poros de su piel, estableciendo un contacto físico bastante intenso… la imagen del hablante sofocado por los amantes expresa una fuerza sensual...
La imagen en arco, de los cuerpos, es común a ambos poemas. En Palomares es el pecho del nadador:
Ni una rápida estrellaigualaría esa delicadeza:el arco mágico de tu pechoque se abalanza al agua desconocida.
En la sección 11 de Whitman, son los vientres de los muchachos, o la mujer sobre ellos, en su ensoñación apasionada:  
Los muchachos flotan de espaldas, sus vientres blancos se comban al sol, no preguntan quién se apodera rápidamente de ellos, no saben quién jadea y se aparta con un arco suspenso y cimbreante…
Comenta Smith Ferrer: 
Los jóvenes flotan en el agua, en actitud de descanso y relajación… Los jóvenes no saben quién jadea, pero el lector infiere que es la mujer, y este jadeo se relaciona con la excitación sexual que ella experimenta ante la visión y exploración de los cuerpos de los jóvenes. 
También el pecho se detalla en la sección 13 ya referida de Canto a mí mismo:
Su camisa azul descubre el amplio cuello y el pecho, aflojándose sobre su faja…
El cuerpo, en su desnudez, se evoca en Palomares, como cuerpo del nadador:
…desnudo,seas como rosa amanecida hoy para la aventura mortal.
En la sección 21 de Canto a mí mismo, la entrega del propio cuerpo desnudo al mar, se realiza en un antropomorfismo erótico memorable:
¡Tú, mar! Yo también a ti me entrego- yo barrunto lo que tú significas;contemplo desde la playa tus corvos e incitantes dedos;creo que rehúsas retirarte a menos que me acaricies;debemos realizar juntos un viaje, me desnudo, apresúrate a conducirme lejos, hasta que pierda de vista la tierra;Arrúllame, déjame adormecer sobre los muelles cojines de tus ondas;empápame con tu humedad amorosa; puedo restituírtela.¡Mar de las dilatadas y embravecidas lejanías!¡Mar del aliento amplio y convulsivo!¡Mar, sal de la vida! ¡Mar de las tumbas inesperadas siempre abiertas!¡Cómo gimes y te vuelcas en la tormenta! ¡Caprichoso y fantástico mar!
La desnudez de los amigos la destaca Whitman en la sección 45 referida:
Me empujan a través de las calles y de los salones públicosy acuden desnudos hacia mí en medio de la noche,
La mención de la espuma en Palomares está asociada a la injuria, al odio y a la muerte, amenazas para el nadador.
Seas impuesto sobre los voracesy la gran injuria de la espumaerrante, sabia de otros odios,no llegue a tu bocani entre a tu garganta como el leopardo de muertes.
Presente también en Whitman, bien diferente es el significado, ciertamente polisémico, de la espuma en la sección 11 de su Canto.
Los muchachos…no saben a quién inundan de espuma.
Para Smith Ferrer 
esta espuma representa la eyaculación, y ellos no saben a quién llenan de espuma, porque los bañistas no han visto a la mujer que los observa, pero ella ha vivido una experiencia erótica y sensual que la ha llevado a la excitación, manifestada en el verso diecisiete. Esta experiencia erótica culmina con la imagen de la espuma representando el semen que llena a la mujer.
Los elementos naturales, sol, cielo y mar, se vinculan con los cuerpos de modo notable. En Palomares, se compara el cuerpo con el pájaro o el sol. Se llega exaltarlo hasta divinizarlo junto al Olimpo del sol:
Más bien parezcas al sol,divino en su postura…
Sólo un pájaro distintodescendiente del más alto ramo del cielosea igual a tu cuerpoen la maravilla del salto.
El sol, que en las secciones 11 y 13 de Whitman, cae sobre los cuerpos en libertad, en la sección 45 se hace soles múltiples orbitando y curtiendo los cuerpos…
Mi sol tiene su sol, y alrededor de él gira obediente,con sus compañeros alcanza un grupo del círculo superior,y las órbitas acrecentadas forman manchas cada vez mayores entre ellos.
Prefiere cicatrices y barba y rostro maculado por la viruela, antes que todos los barbilindos,y aquellos que están bien curtidos antes que los que se precaven del sol.
El cielo de Palomares es rama o casa que salva al nadador de todos sus riesgos:
Caiga del cielo un ramo salvadory asido al fulgor de sus hojasabraces el día siguiente.
Seas salvado, joven nadador,hoy allí, frente a la casa del cielo.
El cielo de Whitman, lleno de estrellas en la sección 46, aún no salva. Es una cumbre a ser trascendida:
Hoy, antes del alba, trepé hasta la colina, y contemplé el cielo lleno de estrellas,y le he dicho a mi espíritu: “Cuando dispongamos de esos orbes, y disfrutemos del placer y del conocimiento de todas las cosas que en ellos existen, ¿reposaremos y seremos felices?”; y mi espíritu ha respondido: “No. Sólo alcanzaremos esa cúspide para transponerla y continuar más allá”.
Para Palomares es 
…el mar, gran atormentador de los navíos solitarios,
Previene sobre él al nadador:
Vayas siempre asido al cielosobre las brisas y altos fuegos de tormento.
Mientras que en la sección 21 de Whitman, según se ha visto, el mar es compañero amoroso, incluso en su furor. Con él se identifica la voz poética.
¡Cómo gimes y te vuelcas en la tormenta! ¡Caprichoso y fantástico mar!Yo soy idéntico a ti, tengo igualmente una fase y todas las fases.
Al mencionar Whitman al nadador intrépido en la sección 46, le pide:
…que te zambullas en plena mar, te alejes, me hagas señas y, riendo, avances contra la corriente.
En semejanza y desemejanza con Whitman, las evocaciones de Palomares refuerzan el tono vitalista y libertario que nutren el poema, aunque ya no será el mar el lugar de entrega del nadador, sino el mismo cielo su Reino.

Referencias:
SMITH FERRER MARJORIE (2005). “El erotismo en Canto de mí mismo de Walt Whitman”. Revista Chilena de Literatura, Abril, N. 66, 85-96, Universidad de Chile


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