A raíz de la pandemia por COVID-19, es tanto lo que se ha
escrito en apenas un mes, que “no bastarían todas las bibliotecas del mundo”
para alojar los textos (si se imprimieran). Claro, ahora contamos con el
recurso digital. Abonaré el terreno con un nuevo texto. Que no quede duda de
que aún confiamos en la palabra. ¡Que eso es lo que nos queda!
Me he propuesto organizar por temas o tópicos algunos de los
artículos que he abordado con más o menos detenimiento. Las miradas de quienes
escriben son múltiples, así que organizarlas un poco permite cierta
perspectiva.
1.- Silvia Riveiro, en clave ecologista, ha señalado en
repetidas entrevistas (nodal, rebelión, pagina12) las tres causas que han
producido los virus infecciosos globales de las últimas décadas: la cría
industrial y masiva de animales; el contexto general de la agricultura
industrial y química, y el crecimiento descontrolado de la mancha urbana y las
industrias que la alimenta. Su mirada es pertinente, pues avisa de las causas
más profundas, no las inmediatas. Y lanza la pregunta por la habitabilidad de
Tierra a mediano plazo. Este coronavirus no será el último. Dos artículos de
Leonardo Boff (servicioskoinonia, 17 y 27 de marzo), en el mismo marco ecológico,
se interrogan sobre la relación del coronavirus con la posibilidad de autodefensa
de la Tierra frente a tanto abuso.
2.- Nextstrain team muestra, en su portal web en inglés, el
mapa filogenético del SARS-CoV-2 (este es el nombre de virus, pues COVID_19 se
refiere a la enfermedad causada) a partir de los genomas descubiertos y sus
mutaciones. En genotipia.com se encuentra información técnica en español. Son
trabajos importantes, a los que se puede hacer seguimiento. En varios países,
equipos de científicos ha tratado de descifrar el genoma del virus y así lo han
hecho, descubriendo algunas diferencias. Por lo que leo, se trata de establecer
las vinculaciones entre ellos, a veces por la secuencia de contagios, cuando se
conoce, y en otras por la fecha de aparición del virus, o por la observación
detallada de las mutaciones. De este modo, se pueden incluso plantear hipótesis
genéticas para el origen del virus, que podrán competir con otro tipo de
hipótesis “conspirativas”. Por ahora el origen del virus es un enigma. Su
relación con los genomas de virus en murciélagos y otros animales, también se
estudia.
3.- En esta misma perspectiva biomédica y, con frecuencia,
considerando la estructura, genoma, mecanismos de infección y debilidades del
virus, se debate sobre el mejor tratamiento para el COVID-19. Diferentes
investigaciones intentan desarrollar lo antes posible vacunas o estrategias
terapéuticas para favorecer su contención. Medicinas existentes son puestas a
prueba, en distintos países y hospitales del mundo. Se analizan anticuerpos de
enfermos que se curaron, y se desarrollan vacunas, que empiezan a ser aplicadas
en humanos aún en fase experimental.
4. ¿Cuánto hay de negocio en todo esto? Es la pregunta que
resuena por doquier. Gobiernos e industria farmacéutica pisan con pies de
plomo, intentando obtener las máximas ganancias. Es uno de los campos de
batalla, entre la vida de la gente y los mercados. Uno de los más importantes. Por
eso que no creemos cualquier información sin más sobre el asunto. Habrá de ser
sopesada. Un médico francés entró en debate con su gobierno. Dejemos que
resuelvan, que corra el tiempo, y se pruebe el beneficio de cada medicamento. Y
se revelen también los intereses de cada grupo farmacéutico. Sobre mercado,
neoliberalismo y farmacéuticas escribe Chomski.
5.- Toda pandemia es política, avisa Mario Wanfield.
Efectivamente, los estados y sus líderes son protagonistas, los gobernantes
puestos a prueba. Los países de la UE y USA, Brasil o Colombia, por ejemplo,
optan por salvar los mercados, y retrasan las medidas de cuarentena. Las
consecuencias son de crecimiento exponencial de infectados y muertos. Otros
países restringen los viajes inmediatamente, aplican con más rigor el
aislamiento de los ciudadanos y limitan las actividades laborales y educativas.
De Venezuela, que hizo esto rápidamente, no se habla, se ignora el buen
proceder del gobierno. Se muestra a las claras el marcado interés político en
los medios. Finalmente, todos los gobernantes se ven confrontados en los
pequeños detalles cotidianos. ¿Qué actividad limitar? ¿Qué cuidados tomar? ¿Qué
modelo educativo asumir? ¿Qué viajes autorizar? ¿Qué mascarilla utilizar? ¿Con
qué criterios se toman las medidas? ¿Cuentan más los negocios de los poderosos
que la salud de los ciudadanos comunes?
6.- La política no solo afecta a las decisiones de los
políticos. Nos afecta a todos. La lucha de clases en tiempos del coronavirus ya
empezó, leo en un artículo de rebelión.org. Otros textos ponen de relieve que
los primeros infectados en varios fueron agentes de negocios entre Chima y
Europa, o turistas del norte de Europa en el Sur (Daniel Bernabé, en rebelión.org).
Más tarde el virus ha afectado mayoritariamente y más gravemente a los pobres.
A los que no tienen seguros de salud privados, o los afrodescendientes, a los
latinos…. Sobre estos asuntos se ha venido escribiendo en referencia a Estados
Unidos, y en especial a NY; también sobre lo sucedido en Guayaquil, y los
muertos en la calle, esperando por un entierro digno; o las residencias
privadas de ancianos en Europa, con respuestas poco apropiadas en este estado
de emergencia sanitaria. La indiferencia
e inconsciencia de algunos ricos frente al problema, se ha puesto de manifiesto
en ciertas fiestas realizadas, ocasión de contagios masivos. Los gobiernos que
exponen a los trabajadores, sin mayores garantías, a ser contaminados, ya
sabemos al lado de quién están.
7. Asunto curioso este del coronavirus. El porcentaje de
mujeres que escriben sobre él, o que salen en los medios con su discurso, es
mínimo. Y se reducen, casi invariablemente, a los temas de ecología,
espiritualidades o feminismos. Me lo hizo ver Rebeca Gordon con este provocador
título: El futuro puede ser femenino, pero la pandemia es patriarcal
(revbelion.org). Tiene toda la razón. Otro artículo de Paola Ruiz-Huerta, sobre
el hombre confinado, y hablando de otro modo bien distinto al de los chistes
cliché que han circulado sobre el asunto, señala algunos aprendizajes y tareas
que los hombres podemos asumir: Hacernos cargo de los cuidados. Desarrollar la
escucha, la empatía. Responsabilizarnos de las emociones y necesidades.
Descubrir la ternura.
8. Otro importantísimo debate es el económico. Paula Bach
(laizquierdadiario.com) señala la incertidumbre económica mundial. Juan Torres López ya se ha atrevido a
escribir un libro de economía y coronavirus con sus artículos recopilados. Lo
cierto es que se pronostica una crisis económica global, y qué no se sabe a
ciencia cierta qué medidas se tomarán y qué países saldrán mejor parados.
Parece ser que a la UE y USA no les irá muy bien. La caída de la producción y, por tanto, de la
oferta y demanda, el cierre de fábricas, la disminución del turismo y los
viajes, se les vuelven pesadilla amenazante. El coronavirus y el fin del
neoliberalismo posmoderno, escribe Juan Antonio Molina, en nuevatribuna.es. Nos
damos cuenta que “al difundir el miedo al otro, el individualismo radical, la
insolidaridad social, el “sálvese quien pueda” que nos impone el neoliberalismo
nos hace más frágiles hoy”. ¿Será así, que nos hemos dado cuenta? ¿Por cuánto
tiempo nos durará tal conciencia?
9. Algunos filósofos se atreven a opinar y generan debate.
El 27 de febrero Agamben se aventuraba a escribir “la invención de una
pandemia”. Su amigo Jean-Luc Nancy lo rebatió al día siguiente. En pocos días
más el virus le daría un rapapolvo a Agamben. No obstante, días más tarde,
Roberto Esposito, debate con Jean-Luc Nancy sobre las perspectivas biopolíticas
que él parece no considerar. Tecnología, biología y política en consideración.
Slavoj Zizek apunta la perspectiva política: "El Covid 19 es un golpe de
Kill Bill al capitalismo". Atilio Borón, escribe sobre la pandemia y el
fin de la era neoliberal. Byung-Chul Han no cree que eso se dé. Confronta a
Zizek, y lo acusa –creo que injustamente- de promover un Estado totalitario y
un comunismo oscurantista, o el “estado de excepción” al que se refiere
Agamben. En fin, son cosas de las que hemos hablado, y no es mucho lo que
agregan sobre ellas los filósofos. Eso sí, hablan entre ellos. Aram Aharonian
(rebelión.org) resalta el necesario factor humano en la gestión de esta crisis
planetaria. Gustavo Yañez González realiza apuntes sobre la condición de
fragilidad (inmunológica) y tiranía (humana) en tiempos de pandemia. Jacques
Camatte (ficciondelarazon.org) reflexiona sobre el peligro de extinción de
nuestra especie, por el camino que vamos. Y propone la reintegración con la
naturaleza. En un texto colectivo, Ashish Kothari, Ariel Salleh, Federico
Demaria, Arturo Escobar y Alberto Acosta, interpretan la crisis del coronavirus
como una civilización que está muriendo y un pluriverso de "otros mundos"
surgiendo.
10. Varios de estos textos se ofrecen en obras colectivas.
Se hace viral: Sopa de Wuhan. Esto nos pone a pensar sobre el afán editorial.
Se juntan cuatro filósofos y ya se tienen un libro. No se escapa la economía a
la escritura. Aunque el producto no sea muy bueno. Sobre Sopa de Wuhan, en
particular, escribe mi amigo Rúkleman un ensayo crítico muy pertinente: Sopa de
jodeos. Su mirada inicial es más benévola que la mía, por cuanto acoge como
intrepitez periodística y opinante la presteza de estos filósofos para hablar. Con
acuciosidad de lector avezado, desvela los textos insípidos de Agamben y Byung-Chul
Han, entre otros, y valora los trabajos de Patricia Manrique, Paul Preciado y David
Harvey, como aporte “a la lectura crítica de la realidad que el mundo vive y
que se nos presenta absurda”.
Otras obras colectivas se encuentran en Tiempos interesantes
Crisis y pandemia en el mundo actual, con textos recomendados sobre prevención,
salud, economía y política (rebelion.org); y la web ficciondelarazon.org con
otro conjunto de textos de los que ya he referido algunos.
11. Pasando a la literatura, resalto la Crónica de la
psicodeflación, de Franco «Bifo» Berardi, y los excelentes ensayos del
colombiano William Ospina (el espectador), a cuál mejor, sobre los difíciles
asuntos de la esperanza, la espiritualidad, el miedo o el capital. Sobre
literatura y buen decir, no está mal aclarar el convenio escriturario que se va
dando. ¿Cómo se llama el virus y cómo la enfermedad?, ¿qué significan las
siglas? En www.fundeu.es puedes encontrar
algunas respuestas.
12. Cultura en tiempo de coronavirus. Poemas, películas,
canciones, pinturas, arte y humor, antiguos y recientes, inundan las redes. Las
canciones accesibles en youtube Resistiré, grabada por 30 artistas, y Codo a
codo, de Drexler, se hacen virales. Novelas sobre epidemias se evocan y
comparten: El amor en los tiempos del cólera, La Peste, La Muerte en Venecia…. La
falsedad también ronda: un texto reciente que hacen pasar por otro de 1800, otro
de Benedetti que no es suyo, otro de García Márquez que tampoco. Se graban poemas,
se comparten cuentos y canciones, que llenan las redes sociales, abordando a
los confinados. Se quiere vivir un poco más, y es posible que estemos hallando
nuevos modos de ser gente. ¿O será la Matrix la que termine por confinarnos
definitivamente?