miércoles, 23 de septiembre de 2015

Sobre Cadenas, Palomares y Ramos Sucre

De exilios y nostalgias: La torre de Timón, Los cuadernos del destierro y Adiós Escuque.

Entre mis relecturas recientes se cuentan Los cuadernos del destierro (C), La torre de Timón (T) y Adiós Escuque (E). Si las releí fue porque en ellas encuentro un tono existencial que me cae bien. Además del goce estético que me producen, algo encuentro en ellas que se emparenta espiritualmente con dimensiones de mi propia vida.
Las dos primeras expresan, tal vez, algo del sentimiento trágico unamuniano y acaso de cierto temor y soledad, de ocultamiento y transmigración. Y todas tres, en su significado de salida, de huida o destierro, un algo de nostalgia.

La escritura y el escritor: el dentro-fuera en C y T
Las vidas de los escritores se expresa en la escritura, bajo la apariencia de viaje exótico; la sencillez de las experiencias entre el pueblo venezolano se oculta bajo la capa de un lenguaje erudito.
Para Cadenas, la experiencia del destierro en Trinidad se convierte en exilio espiritual. Atormentado, no se acostumbra a vivir; destino del que no se puede evadir. Lugar de la no-paz, del no-amor. Vientos y aguas para el no-descanso. Así queda expuesto en la ficción literaria:
Isla, deleitable antífona./ Horma de los cuatro puntos. / Asilo de los vientos sin paz… Los supremos vaivenes de las aguas irredentas… danzas frenéticas de seres… Torres de caoba… Una ciudad arrojándome del amor. C9-13[1]
Y así sucede que la nostalgia en T semeja la nostalgia de Ramos Sucre, acudiendo con la ola marina y el vuelo de la brisa, al lugar del cautivo:
El castillo surge a la orilla del mar… El vuelo brusco y momentáneo de la brisa… con el ritmo de la ola… despierta la nostalgia del cautivo y se lastima  el soldado. Mueve a lágrimas alguna extraña y ondulante música. T18
No son los pobladores del lugar los que amenazan, sino la separación, la ausencia, el alejamiento, lo remoto, la fatalidad inexorable:
Entre muy dulces habitantes ha trascurrido mi separación. C32 Las naves que me trajeron a estas arenas… C60 …y escapé navegando un mar extremo en un bajel desierto… T27 Siento la amenaza de una fatalidad inexorable. T29 Yo me había avecindado en un país remoto…T32
A lo largo de los relatos se expresa una épica interior, una batalla en la que se muere. Los poemas son testigos del mundo íntimo subjetivo de los autores.
La presencia de diversas personalidades en los viajes y recluimientos, no están ajenos a ciertas trasfiguraciones (...di en buscar nuevos rostros. C39). Y todos con algo de misterio, de distancia, de camino. Así sucede con el fugitivo T4, el familiar T5, el nostálgico T12, el caballero Leonardo T19, el náufrago T25, el mensajero T 36, el maldito T 37, el mago T 41 o el bardo T54, entre otros.

El mal y la muerte
Cercanos a los poetas malditos, los personajes de los poemas C y T maldicen y se esconden de lo bello, de lo dulce y alegre, y cantan a la oscuridad.
Y maldije mi fortuna, injurié a la humanidad con vituperios, denosté la dulce lengua que me habitaba y me oprimía. C38 …lo bello me fustiga. Me he negado a trascurrir por caminos de gracia. Sea la oscuridad. C64 Huye de mirar la belleza en la alegre diversidad de los colores repartidos en edificios y jardines y solaza los ojos en la oscuridad confusa y en la sombra llana. T19 Yo quisiera estar entre vacías tinieblas… T3 …amo el dolor, la belleza y la crueldad… mi alma es crítica y blasfema… T37
Y ese canto a la oscuridad, alcanza el sepulcro. Se acoge a la muerte como refugio para el espíritu.
Para entrar en el reino de la muerte avancé por el pórtico de bronce que interrumpía las murallas siniestras… Había invadido voluntariamente el mundo que comienza en el sepulcro, para ahogar en su seno, como en un mar de olvido, mi lastimado espíritu. T13 Me acostaba diariamente con una muerte ficticia. C 39 Buscaba un lugar apacible donde mejor esperar… T42

Mundo fantástico, premoniciones y hechizos
Signo, sino, suerte y horóscopos recorren los poemas. La vida aparece determinada para los viajeros errabundos. Signos de tormento y de muerte, aunque también de misteriosa llenura.
Escrito está y lo saben –o suponen- quienes se ocupan en leer signos no expresamente manifestados… C3 Un horóscopo me designó para existencia de llenura, pero al tormento ceñida. C5 Desafía el sino de la muerte sangrienta que despuebla su alcázar. T19  He espantado las mariposas negras del presagio T12 …la aparición infausta que augura el trance supremo T15 …mi suerte estaba decidida por sacerdotes semisalvajes que pronosticaban, ataviados de túnicas bermejas… C4
Brujas terribles, hechiceras, junto a los númenes guardianes, deidades benévolas y aparecidos de entre la muerte, recorren como fantasmas las páginas de los poemas.
Un lugar donde las brujas entierran a los niños abortados. C12 ...la persuadió a lanzar, con sus manos puras, yerbas cenicientas en el mar canoro. T7 …fue víctima de la noche y de sus vengativos númenes guardianes. T20 Armaduras de guerreros ya superados. C12 ¡Oh siderales nodrizas, lactantes de mi desnudez! / En mi infancia estuve rodeado de deidades benévolas que me sentaban den sus rodillas. C34 ...sentí sobre el hombro izquierdo el contacto de una mano fría… Había desertado de entre los muertos. T5-6
Una lectura mítica del mundo celeste o imágenes que se presentan vivas, con un decir.
La luna prende un fanal en el tope de cada torre. T12 Siento, asomado a la ventana, la imagen asidua de la patria. T12 … fugas improvisas sobre caballos asustados y en barcos náufragos. T12

Amores
El amor es vivido como pasión y como tragedia. Compañeras y confidentes, son amores que terminan en abandono y muerte.
Regias figuraciones de las playas... mi compañera de expedición presidía sus procesiones hacia el amor. C33 La dama singular y gentil se disponía a comunicarme esa tarde la confidencia prometida una y otra vez... en un retiro de la playa aireada.. T25 …encontré la virgen de rostro cándido, solaz de mi pasada amargura. T22 sentí el contagio de su arrobamiento… disfrutando una promesa de bienestar... fue el estímulo de una agonía larga… T41
Pronto me aburrí de aquel ser infantil T38 Yo depuse tu cuerpo yacente en el regazo de una fuente cegada… T27 ..llevo al cinto tu cadáver pero es tarde… C43 La muerte benévola te llevó dormida a su limbo oscuro T55

Recorrido temático: evolutivo, en Cadenas; tópico, en Ramos Sucre
Puede apreciarse un recorrido temporal en Cadenas. Es un relato diacrónico. Comienza evocando a sus antepasados, y tras sus viajes según el designio trazado, con las rupturas y encuentros predichos, todo termina en la soledad de un cuarto.
En Ramos Sucre se trata de varios relatos, varios personajes, puestos en sincronía. Y sin embargo, están en muchos de ellos los mismos elementos: antepasados, destino, rupturas, soledades…

Los antepasados
Al inicio de los poemas en prosa resalta la recurrencia a los antepasados. Ambos poemas se remiten a la infancia, a los pueblos originarios a los que pertenecen sus protagonistas. Se intuyen el reconocimiento sufrido del propio origen del poeta, así como la distancia con él, expresada en el viaje, en la salida, tanto real como poetizada.
Mis antepasados no habían danzado jamás a la luz de la luna, eran incapaces de leer las señales de las aves en el cielo como oscuros mandamientos de exterminios…  C3 Yo pertenecía a un pueblo de grandes comedores de serpientes, sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para enloquecer de amor. C3 mi raza licenciosa y doliente T15 Yo adolezco de una degeneración ilustre… rememoro la faz marchita de  mis abuelos T37


La marca, el destino
Luego se toma conciencia de la marca de nacimiento, del señalamiento celeste que preludia un destino, un horizonte vital inexcusable.
..me predijeron desolaciones antes de mi nacimiento. C68 La fatalidad había signado mi frente T54 Recibí advertimientos numerosos de origen celeste T41 su distinción exótica daba relieve a la desventura interminable de una vida anómala T55

Derrumbes y rupturas
Comienza la aventura, el camino, la expedición en tierra extraña.
…relataré no sin fabulaciones mi trascurso por tierra de ignominias y dulzuras, rupturas y reuniones, esplendores y derrumbes C5 erré gran espacio a la ventura, obstinado den la peregrinación extraña y lúgubre T13
Y no comienza bien. Tiene mucho de fracaso y desolación, de ruptura con la tierra originaria y de derrumbe.
Reiterados fracasos me habían herrado en la frente. C6 He resuelto mis vínculos… Hice mis particiones C8 Muerto pero aún andando, desnudo… devolviéndome hacia mi final… C25 Yo sentía las trabas y los herrojos de una vida impedida T34 mi vida había cesado en la morada sin luz T40
Aunque no faltan algunos esplendores (C5) y dulzuras, como se acaba de leer.

Soledad final
Concluyen con un canto a la soledad, con un himno a la vida casi eremítica.
Para mí no son las aglomeraciones sino mi casa sin guarniciones inútiles… Un cuarto, una lámpara, un vaso de licor, un lecho y libros. C68 Escogí para edificar mi retiro la sombra de esta selva  T42

Aspectos formales
Los hace cercanos la libre expresión, la prosa poética. Ambos son de lo mejor en ese género en la poesía venezolana. Están lejos de la no representación que señala T. Todorov como rasgo de la prosa poética en Baudelaire. Ambos nos introducen en el terreno de lo exótico pero bien anclados en la imaginación representativa.
El recurso a la 1° persona de singular, predominante en estas obras, les dan un tono existencial y entrañable, casi de confesión del alma, casi de biografía interior.
Huía ansiosamente T4 Yo distinguí la humareda T5 Yo defendía el reposo del agua T5 Yo conocí el suceso más extraño T7 Yo escucho las violas T9 protejo a la huérfana del caballero T12 avancé por el pórtico de bronce T13 vivía yo en donde nací T15 agonicé en la arruinada mansión T21 Yo vivía en un país intransitable T27 Yo las había sustraído de su patria T28 concebí la imagen de una infanta T30 Yo me había avecindado en un país remoto T32 Yo cavilaba a orillas del lago T36
Yo pertenecía a un pueblo de grandes comedores de serpientes C3 yo descendía de bárbaros C4 Yo no traía ningún mensaje C5 Yo no era el mismo C6 Ya soy uno C8 Osaré recrearme C9 He entrado a región delgada C14 Yo visité la tierra de luz blanda C17 Conocí el baobab C19 He reclinado mi cuerpo C20 Yo entre al aire de los tiburones C21 Yo nunca supe si fui escogido C22 Yo era un rey C23 Estoy aquí C25 He huido C30 Yo desconfío C34 He recorrido ciudades C5 Yo no tenía remedio C39 Amo los blandos linderos de inefable tinte C41 doy vueltas en torno a un bello cuerpo C44 Tengo derecho a preguntar C47 Limpiaré el camino del infierno C48 Tengo que retirarme C55 hoy me desnudo y salgo a revocar mis devastaciones C57 Retrocedo hasta mi origen C58 Mi piel echa de menos tu caricia, tierra C59 Voy a ocultarme de nuevo C61 Yo no demando C62 abriré mi casa a los viajaros C65 Yo mismo C66 Tú y yo C67 Me despido C68
Con la sola diferencia que en Cadenas se trata del periplo de un solo personaje mientras que en Ramos Sucre el Timón de la Torre al que alude el título de la obra poética se metamorfosea y desdobla en buena cantidad de ellos.

Palomares y su Adiós Escuque
Representa un contrapunto. Frente al lenguaje erudito y exótico, el lenguaje coloquial pleno de regionalismos; la otra mirada, apasionada, a la vida. Se deja el tono interior trágico, para optar por la canción y la mística. Se deja el yo de la soledad, para encontrar un yo que sale al encuentro del tú. En simplicidad, llaneza, libertad y gozo.  En todo caso: nostalgia. Así es Adiós Escuque.

También se relata una salida, un éxodo a la ciudad.
El alma de uno iba alejándose / Se alejaba E160
Y está la vida del poeta, tras la primera persona, que recorre la obra de principio a fin, y de lo que sólo se presenta aquí una muestra:
Ya quisiera yo meterte aquí en el pecho  143 Yo le traía la bestia de cabestro 146 Yo siempre estoy pendiente 147 Yo y mi alma, perdidos del frescor 151 miré el cielo / Voltié 155 Estoy limpiando el patiecito 157 ¿Estoy asándome! 164 Mi corazón está cantando 167 Yo soy como aquel hombre 177

Pero no se deja la tierra. Se permanece con la compañía de los muertos. Allí está Polimnia, transfigurada en pajarito E 143, riéndose y echando la bendición; allí están el Grezo, Pandeaño, Hojalapas… muertos que visitan E150 Allí Laurencio E153 Gentes del sueño Gentes del viento E165
Se permanece en el diálogo, en el encuentro. Junto a la primera persona, allá está la segunda, el tú (el vos) también omnipresente.
Pajarito que venís tan cansado 143 Y entonces ves la yerbecita, ves los aleros 144 Entonces tú volvías la vista 146 Y vos llena de lirios 147 Ya no eras más que Flores 156 lo que soñaste se lo llevaron las aguas 157 No me dejés solo POLIMNIA! 158 -Decíme corazón Dónde estamos? 160 Pásame un trapo húmedo 164 Florecita Quién te ha mandado disvariar 167 Tire al camino y dígale a su alma “Andando” 168 Deja tu corazón volar 169 Pequeña flor blanca eres 183 Tu nombre es Palmera 190
Se permanece en esa tierra.
Ya voy a ser piedra Ya voy a ser árbol / Yo soy tierra (De raíz E162)
Se permanece en el lenguaje popular andino que colma la obra, en las leyendas y creencias que rezuman los poemas.



[1] Los números corresponden a las páginas, según las siguientes ediciones: Cadenas, R., Los cuadernos del destierro, Monte Ávila, Caracas 2001. Palomares, R. Antología Poética, Monte Ávila, Caracas 2004. Ramos Sucre, J.A., Antología Poética, Monte Ávila, Caracas 2004.

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