De exilios y nostalgias: La torre de Timón, Los cuadernos del destierro y Adiós Escuque.
Entre mis relecturas recientes se cuentan Los cuadernos del destierro (C), La torre de Timón (T) y Adiós
Escuque (E). Si las releí fue porque en ellas encuentro un tono existencial
que me cae bien. Además del goce estético que me producen, algo encuentro en
ellas que se emparenta espiritualmente con dimensiones de mi propia vida.
Las dos primeras expresan, tal vez, algo del sentimiento trágico
unamuniano y acaso de cierto temor y soledad, de ocultamiento y transmigración.
Y todas tres, en su significado de salida, de huida o destierro, un algo de
nostalgia.
La escritura y el escritor: el
dentro-fuera en C y T
Las vidas de los escritores se expresa en la escritura, bajo la
apariencia de viaje exótico; la sencillez de las experiencias entre el pueblo
venezolano se oculta bajo la capa de un lenguaje erudito.
Para Cadenas, la experiencia del destierro en Trinidad se
convierte en exilio espiritual. Atormentado, no se acostumbra a vivir; destino
del que no se puede evadir. Lugar de la no-paz, del no-amor. Vientos y aguas
para el no-descanso. Así queda expuesto en la ficción literaria:
Isla, deleitable antífona./ Horma
de los cuatro puntos. / Asilo de los vientos sin paz… Los supremos vaivenes de
las aguas irredentas… danzas frenéticas de seres… Torres de caoba… Una ciudad
arrojándome del amor. C9-13[1]
Y así sucede que la nostalgia en T semeja la nostalgia de Ramos
Sucre, acudiendo con la ola marina y el vuelo de la brisa, al lugar del
cautivo:
El castillo surge a la orilla del
mar… El vuelo brusco y momentáneo de la brisa… con el ritmo de la ola…
despierta la nostalgia del cautivo y se lastima
el soldado. Mueve a lágrimas alguna extraña y ondulante música. T18
No son los pobladores del lugar los que amenazan, sino la
separación, la ausencia, el alejamiento, lo remoto, la fatalidad inexorable:
Entre muy dulces habitantes ha
trascurrido mi separación. C32 Las naves que me trajeron a estas arenas… C60 …y
escapé navegando un mar extremo en un bajel desierto… T27 Siento la amenaza de
una fatalidad inexorable. T29 Yo me había avecindado en un país remoto…T32
A lo largo de los relatos se expresa una épica interior, una
batalla en la que se muere. Los poemas son testigos del mundo íntimo subjetivo
de los autores.
La presencia de diversas personalidades en los viajes y recluimientos, no están ajenos a ciertas
trasfiguraciones (...di en buscar nuevos rostros. C39). Y todos con algo de
misterio, de distancia, de camino. Así sucede con el fugitivo T4, el familiar T5,
el nostálgico T12, el caballero Leonardo T19, el náufrago T25, el mensajero T
36, el maldito T 37, el mago T 41 o el bardo T54, entre otros.
El mal y la muerte
Cercanos a los poetas malditos, los personajes de los poemas C y T
maldicen y se esconden de lo bello, de lo dulce y alegre, y cantan a la
oscuridad.
Y maldije mi fortuna, injurié a
la humanidad con vituperios, denosté la dulce lengua que me habitaba y me
oprimía. C38 …lo bello me fustiga. Me he negado a trascurrir por caminos de
gracia. Sea la oscuridad. C64 Huye de mirar la belleza en la alegre diversidad
de los colores repartidos en edificios y jardines y solaza los ojos en la
oscuridad confusa y en la sombra llana. T19 Yo quisiera estar entre vacías
tinieblas… T3 …amo el dolor, la belleza y la crueldad… mi alma es crítica y
blasfema… T37
Y ese canto a la oscuridad, alcanza el sepulcro. Se acoge a la
muerte como refugio para el espíritu.
Para entrar en el reino de la
muerte avancé por el pórtico de bronce que interrumpía las murallas siniestras…
Había invadido voluntariamente el mundo que comienza en el sepulcro, para
ahogar en su seno, como en un mar de olvido, mi lastimado espíritu. T13 Me
acostaba diariamente con una muerte ficticia. C 39 Buscaba un lugar apacible
donde mejor esperar… T42
Mundo fantástico, premoniciones y
hechizos
Signo, sino, suerte y horóscopos recorren los poemas. La vida
aparece determinada para los viajeros errabundos. Signos de tormento y de
muerte, aunque también de misteriosa llenura.
Escrito está y lo saben –o suponen-
quienes se ocupan en leer signos no expresamente manifestados… C3 Un horóscopo
me designó para existencia de llenura, pero al tormento ceñida. C5 Desafía el
sino de la muerte sangrienta que despuebla su alcázar. T19 He espantado las mariposas negras del
presagio T12 …la aparición infausta que augura el trance supremo T15 …mi suerte
estaba decidida por sacerdotes semisalvajes que pronosticaban, ataviados de
túnicas bermejas… C4
Brujas terribles, hechiceras, junto a los númenes guardianes,
deidades benévolas y aparecidos de entre la muerte, recorren como fantasmas las
páginas de los poemas.
Un lugar donde las brujas
entierran a los niños abortados. C12 ...la persuadió a lanzar, con sus manos
puras, yerbas cenicientas en el mar canoro. T7 …fue víctima de la noche y de
sus vengativos númenes guardianes. T20 Armaduras de guerreros ya superados. C12
¡Oh siderales nodrizas, lactantes de mi desnudez! / En mi infancia estuve
rodeado de deidades benévolas que me sentaban den sus rodillas. C34 ...sentí
sobre el hombro izquierdo el contacto de una mano fría… Había desertado de
entre los muertos. T5-6
Una lectura mítica del mundo celeste o imágenes que se presentan
vivas, con un decir.
La luna prende un fanal en el
tope de cada torre. T12 Siento, asomado a la ventana, la imagen asidua de la
patria. T12 … fugas improvisas sobre caballos asustados y en barcos náufragos.
T12
Amores
El amor es vivido como pasión y como tragedia. Compañeras y
confidentes, son amores que terminan en abandono y muerte.
Regias figuraciones de las
playas... mi compañera de expedición presidía sus procesiones hacia el amor.
C33 La dama singular y gentil se disponía a comunicarme esa tarde la
confidencia prometida una y otra vez... en un retiro de la playa aireada.. T25
…encontré la virgen de rostro cándido, solaz de mi pasada amargura. T22 sentí
el contagio de su arrobamiento… disfrutando una promesa de bienestar... fue el
estímulo de una agonía larga… T41
Pronto me aburrí de aquel ser
infantil T38 Yo depuse tu cuerpo yacente en el regazo de una fuente cegada… T27
..llevo al cinto tu cadáver pero es tarde… C43 La muerte benévola te llevó
dormida a su limbo oscuro T55
Recorrido temático: evolutivo, en
Cadenas; tópico, en Ramos Sucre
Puede apreciarse un recorrido temporal en Cadenas. Es un relato
diacrónico. Comienza evocando a sus antepasados, y tras sus viajes según el
designio trazado, con las rupturas y encuentros predichos, todo termina en la
soledad de un cuarto.
En Ramos Sucre se trata de varios relatos, varios personajes,
puestos en sincronía. Y sin embargo, están en muchos de ellos los mismos
elementos: antepasados, destino, rupturas, soledades…
Los antepasados
Al inicio de los poemas en prosa resalta la recurrencia a los
antepasados. Ambos poemas se remiten a la infancia, a los pueblos originarios a
los que pertenecen sus protagonistas. Se intuyen el reconocimiento sufrido del
propio origen del poeta, así como la distancia con él, expresada en el viaje,
en la salida, tanto real como poetizada.
Mis antepasados no habían danzado
jamás a la luz de la luna, eran incapaces de leer las señales de las aves en el
cielo como oscuros mandamientos de exterminios…
C3 Yo pertenecía a un pueblo de grandes comedores de serpientes,
sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para enloquecer de amor. C3 mi raza
licenciosa y doliente T15 Yo adolezco de una degeneración ilustre… rememoro la
faz marchita de mis abuelos T37
La marca, el destino
Luego se toma conciencia de la marca de nacimiento, del
señalamiento celeste que preludia un destino, un horizonte vital inexcusable.
..me predijeron desolaciones
antes de mi nacimiento. C68 La fatalidad había signado mi frente T54 Recibí
advertimientos numerosos de origen celeste T41 su distinción exótica daba
relieve a la desventura interminable de una vida anómala T55
Derrumbes y rupturas
Comienza la aventura, el camino, la expedición en tierra extraña.
…relataré no sin fabulaciones mi
trascurso por tierra de ignominias y dulzuras, rupturas y reuniones,
esplendores y derrumbes C5 erré gran espacio a la ventura, obstinado den la
peregrinación extraña y lúgubre T13
Y no comienza bien. Tiene mucho de fracaso y desolación, de
ruptura con la tierra originaria y de derrumbe.
Reiterados fracasos me habían
herrado en la frente. C6 He resuelto mis vínculos… Hice mis particiones C8
Muerto pero aún andando, desnudo… devolviéndome hacia mi final… C25 Yo sentía
las trabas y los herrojos de una vida impedida T34 mi vida había cesado en la
morada sin luz T40
Aunque no faltan algunos esplendores (C5) y dulzuras, como se acaba
de leer.
Soledad final
Concluyen con un canto a la soledad, con un himno a la vida casi
eremítica.
Para mí no son las aglomeraciones
sino mi casa sin guarniciones inútiles… Un cuarto, una lámpara, un vaso de
licor, un lecho y libros. C68 Escogí para edificar mi retiro la sombra de esta
selva T42
Aspectos formales
Los hace cercanos la libre expresión, la prosa poética. Ambos son
de lo mejor en ese género en la poesía venezolana. Están lejos de la no
representación que señala T. Todorov como rasgo de la prosa poética en
Baudelaire. Ambos nos introducen en el terreno de lo exótico pero bien anclados
en la imaginación representativa.
El recurso a la 1° persona de singular, predominante en estas
obras, les dan un tono existencial y entrañable, casi de confesión del alma,
casi de biografía interior.
Huía ansiosamente T4 Yo distinguí
la humareda T5 Yo defendía el reposo del agua T5 Yo conocí el suceso más
extraño T7 Yo escucho las violas T9 protejo a la huérfana del caballero T12
avancé por el pórtico de bronce T13 vivía yo en donde nací T15 agonicé en la
arruinada mansión T21 Yo vivía en un país intransitable T27 Yo las había
sustraído de su patria T28 concebí la imagen de una infanta T30 Yo me había
avecindado en un país remoto T32 Yo cavilaba a orillas del lago T36
Yo pertenecía a un pueblo de
grandes comedores de serpientes C3 yo descendía de bárbaros C4 Yo no traía
ningún mensaje C5 Yo no era el mismo C6 Ya soy uno C8 Osaré recrearme C9 He
entrado a región delgada C14 Yo visité la tierra de luz blanda C17 Conocí el
baobab C19 He reclinado mi cuerpo C20 Yo entre al aire de los tiburones C21 Yo
nunca supe si fui escogido C22 Yo era un rey C23 Estoy aquí C25 He huido C30 Yo
desconfío C34 He recorrido ciudades C5 Yo no tenía remedio C39 Amo los blandos
linderos de inefable tinte C41 doy vueltas en torno a un bello cuerpo C44 Tengo
derecho a preguntar C47 Limpiaré el camino del infierno C48 Tengo que retirarme
C55 hoy me desnudo y salgo a revocar mis devastaciones C57 Retrocedo hasta mi
origen C58 Mi piel echa de menos tu caricia, tierra C59 Voy a ocultarme de
nuevo C61 Yo no demando C62 abriré mi casa a los viajaros C65 Yo mismo C66 Tú y
yo C67 Me despido C68
Con la sola diferencia que en Cadenas se trata del periplo de un
solo personaje mientras que en Ramos Sucre el Timón de la Torre al que alude el
título de la obra poética se metamorfosea y desdobla en buena cantidad de
ellos.
Palomares y su Adiós Escuque
Representa un contrapunto. Frente al lenguaje erudito y exótico,
el lenguaje coloquial pleno de regionalismos; la otra mirada, apasionada, a la
vida. Se deja el tono interior trágico, para optar por la canción y la mística.
Se deja el yo de la soledad, para encontrar un yo que sale al encuentro del tú.
En simplicidad, llaneza, libertad y gozo.
En todo caso: nostalgia. Así es Adiós
Escuque.
También se relata una salida, un éxodo a la ciudad.
El alma de uno iba alejándose /
Se alejaba E160
Y está la vida del poeta, tras la primera persona, que recorre la
obra de principio a fin, y de lo que sólo se presenta aquí una muestra:
Ya quisiera yo meterte aquí en el
pecho 143 Yo le traía la bestia de
cabestro 146 Yo siempre estoy pendiente 147 Yo y mi alma, perdidos del frescor
151 miré el cielo / Voltié 155 Estoy limpiando el patiecito 157 ¿Estoy
asándome! 164 Mi corazón está cantando 167 Yo soy como aquel hombre 177
Pero no se deja la tierra. Se permanece con la compañía de los
muertos. Allí está Polimnia, transfigurada en pajarito E 143, riéndose y
echando la bendición; allí están el Grezo, Pandeaño, Hojalapas… muertos que
visitan E150 Allí Laurencio E153 Gentes del sueño Gentes del viento E165
Se permanece en el diálogo, en el encuentro. Junto a la primera
persona, allá está la segunda, el tú (el vos) también omnipresente.
Pajarito que venís tan cansado
143 Y entonces ves la yerbecita, ves los aleros 144 Entonces tú volvías la
vista 146 Y vos llena de lirios 147 Ya no eras más que Flores 156 lo que
soñaste se lo llevaron las aguas 157 No me dejés solo POLIMNIA! 158 -Decíme
corazón Dónde estamos? 160 Pásame un trapo húmedo 164 Florecita Quién te ha
mandado disvariar 167 Tire al camino y dígale a su alma “Andando” 168 Deja tu
corazón volar 169 Pequeña flor blanca eres 183 Tu nombre es Palmera 190
Se permanece en esa tierra.
Ya voy a ser piedra Ya voy a ser
árbol / Yo soy tierra (De raíz E162)
Se permanece en el lenguaje popular andino que colma la obra, en
las leyendas y creencias que rezuman los poemas.
[1]
Los números corresponden a las páginas, según las siguientes ediciones: Cadenas,
R., Los cuadernos del destierro,
Monte Ávila, Caracas 2001. Palomares, R. Antología
Poética, Monte Ávila, Caracas 2004. Ramos Sucre, J.A., Antología
Poética, Monte Ávila, Caracas 2004.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario